
Es sobradamente conocida la teoría de las tres Fs, que se aplica no solo en el crowdfunding, sino también a la hora de buscar financiación para lanzar una empresa o proyecto. Según esta teoría (por llamarla de alguna manera), la primera ronda de financiación suele correr a cargo del círculo más cercano del emprendedor o de la persona que busca fondos. De esta manera, las tres Fs se corresponden con la Familia, los amigos (Friends en inglés) y los tontos o insensatos (Fools en inglés).
Por lo tanto, y de ahí el título del post, como en la película de «El Padrino», también en el crowdfunding «lo importante es la familia».
Ventajas y desventajas de las 3 Fs en el crowdfunding
Al existir unos lazos afectivos y de proximidad entre el crowdfunder y los mecenas, aparecen tres claras ventajas de recurrir a este círculo próximo para obtener financiación.
- En primer lugar, en principio, es más fácil conseguir la financiación ya que es más sencillo convencer de que tu proyecto tiene probabilidades… o simplemente porque la familia y amigos te quieren ayudar.
- En segundo lugar, las exigencias en lo que a plazos y exigencias varias respecta, hay un mayor margen de confianza: no te va a exigir lo mismo un familiar que invierte en tu proyecto, para sacar un beneficio y ayudarte, que una persona que invierte de manera profesional con el único objetivo de obtener ganancias… aunque en las familias uno puede encontrarse de todo.
- En tercer y último lugar, dependiendo del familiar, amigo o insensato, es mucho más probable que estas personas, debido a la proximidad y a la intención de ayudar al crowdfunder, se conviertan en «evangelizadores» del proyecto de crowdfunding, promoviendolo entre sus conocidos.
Sin embargo, estas dos ventajas tienen sus contrapartidas.
Es cierto que es más fácil obtener financiación, pero también es cierto que la cuantía recogida suele ser baja. Este aspecto, obviamente, dependerá del nivel socioeconómico del entorno del que lanza el proyecto. Por otro lado, ese mayor margen de confianza se obtiene debido a que hay una relación personal, y por lo tanto una implicación personal con los mecenas. Si la campaña de crowdfunding no se lleva bien, esto puede acarrear diferentes problemas. Y no es lo mismo, a nivel particular, disgustar y quedar mal con un inversor que es probable que nunca veas, que con un familiar o amigo que ves cada cierto tiempo. Ambas situaciones son reprobables y hay que evitarlas, pero la segunda te perseguirá durante más tiempo y producirá más situaciones incómodas.
En este sentido, es importante hacer las cosas bien, planificando la campaña de crowdfunding de manera realista, teniendo en cuenta todos los gastos, dejando por escrito las condiciones a la hora de dar dinero para un proyecto, etc.
El efecto bola de nieve
Pero además de lo mencionado anteriormente, esta primera inversión de familiares, amigos e insensatos (que mal suena), tienen en el crowdfunding un peso importante y no ya en lo económico.
Este video, que llevo buscando un par de años y que por fin he encontrado, lo explica perfectamente.
Aunque tiene toda la pinta de una apuesta, seguro que hay muchos que acuden de manera natural. Entonces, ¿quién es el causante de la situación final? ¿El chico que «baila» (por decirlo de alguna manera) solo? ¿El primero que sale a acompañarle? ¿El segundo? Lo que está claro, es que, si no hubiera habido alguien «bailando» con este chico, el resto de personas no se habrían acercado.
En el crowdfunding sucede lo mismo. En primer lugar tienes que ver un proyecto que te guste o que te interese. Una vez encontrado, el ver que nadie participa ni financia la iniciativa no da excesiva confianza y probablemente acobarde a los mecenas más conservadores. Pero si este círculo cercano (FFF) ha participado aunque sea mínimamente, y ya hay cierta cantidad del proyecto financiada, este adquiere otro cariz.
No es imprescindible esta primera inversión de «amigos, familiares e insensatos», pero sí es altamente útil y recomendable.